La semana. Por Néstor Piccone.
LA
MUERTE Y EL GRITO
García Marquez, Laclau y D´Elía.
La muerte como un último acto de militancia. Gabriel
García Marquez, pensó, escribió y habló como un periodista militante, un
intelectual orgánico a la revolución social latinoamericana.
Para eso ganó el Nobel, para jugar en semejante tribuna
la potencia de las luchas latinoamericanas y en esa misma línea inscribió su
muerte. Para que celebremos, gozando un nuevo acto de militancia que pone al
enemigo frente a la opción imposible de ignorarlo.
Todos los medios y políticos hablan de García Marquez. La
derecha destaca su escritura y su labor periodística, nosotros su excelsa
expresión artística y su compromiso con las causas más nobles de Latinoamérica.
Su muerte rompe el esquema de Medios
obligándolos a nombrar a los desconocidos de siempre, a los pobres, a los
habitantes de un Macondo regionalizado. Mete en la batalla cultural una granada
de fragmentación de sentidos, rompiendo el esquema de condicionamiento
multimediático.
Ernesto Laclau muere y los medios pretenden sumar a su
muro un argumento más a favor del improbable fin de ciclo kirchnerista. Murió
un ideólogo del kirchnerismo, dicen y con esa enunciación pretende bajar el
precio al pensador y también al movimiento que superó una década de cambios
culturales. Laclau supo interpretar la situación actual y disputó el sentido
con el que ellos pretenden definir al populismo.
Luis D´Elía de viva voz, parado entre insufribles
panelistas quebró el lugar que los Medios destinan a los líderes sociales
nacidos en los bordes del sistema cultural hegemónico. En tres minutos, con los
ojos rojos y el corazón en la mano desnudó la hipocresía de los pseudos
periodistas, expresión de un poder que los usa sin reconocerles pertenencia. Como
un toro cercado por enfurecidos matadores D´Elía burló el revoleo de la capa
roja y le metió palabra plena al
parloteo incesante de frases espectaculares pero vacías de sentido.
Un golpe a los Medios en el medio de los Medios.
En la batalla cultural que se libra en el espacio virtual,
la estadística debe reconocer los triunfos que esta semana se definieron por la
grandeza de una muerte militante, la resignificación de una mala palabra y el
grito nacido en lo profundo de un barrio del conurbano.